MÓDULO 10: TRAUMA
M Ó D U L O 1 0: T R A U M A
MANEJO INICAL DEL PACIENTE POLITRAUMATIZADO
El manejo inicial del paciente politraumatizado implica el conocimiento y puesta en práctica de una metodología sistemática de valoración y tratamiento, con el fin de lograr dos objetivos principales:
1) La detección y solución inmediata de los procesos que pueden acabar con la vida del paciente en muy corto espacio de tiempo.
2) El desarrollo de una sistemática de evaluación pormenorizada que evite que alguna lesión pueda pasar desapercibida. Aceptando el método universal desarrollado por el Advanced Trauma Life Support (ATLS), el manejo del paciente debe consistir en 6 etapas claramente diferenciadas:
– Valoración primaria y resucitación.
– Valoración secundaria.
– Categorización y triage.
– Derivación y transporte.
– Reevaluación continua.
– Cuidados definitivos.
Entendemos por paciente “politraumatizado” todo aquel herido de origen traumático que presente afectación dedos o más órganos, o más de un sistema (incluida la esfera psíquica en el niño), y en el cual al menos una de estas lesiones entraña un potencial riesgo vital. Se considerará que en el paciente pediátrico, dadas sus características particulares (escasa volemia, reducido tamaño, etc.) las frac-turas múltiples constituyen también un politraumatismo. A su vez, y a efectos prácticos, esta guía utilizará el término “politraumatizado” para referirse también al paciente traumatizado grave. En la actualidad se mantiene que al hablar de traumatismos convendría hacerlo en relación con el concepto “enfermedad accidente”, no sólo en función de los cambios fisiopatológicos producidos en el paciente como respuesta al traumatismo, sino también al constituirse como un endemismo de las sociedades desarrolladas modernas.
ASPECTOS CLÍNICOS
Al tratarse de una lesión multisistémica la presentación clínica será variable dependiendo del tipo, número y severidad de la afectación de los diferentes órganos y aparatos. Pero lo que sí cobra realmente importancia desde un inicio es la determinación precoz del nivel de gravedad del paciente, o los pacientes (incidentes con múltiples víctimas [IMV]). Esta consideración, por tanto, obliga a la realización de un despistaje clínico de tal circunstancia que deberá realizarse en función de los hallazgos físicos del he-rido y de la cinemática implicada en el traumatismo, y de efectuar un “triage” o clasificación preliminar en caso de IMV. No se considera necesario el uso rutinario de índices de gravedad en estos pacientes, al menos de forma precoz.
Tipos de traumatismo
A efectos académicos básicamente podríamos diferenciar 6 tipos o situaciones diferentes en el paciente politraumatizado:
1) Situación de shock.
2) Traumatismo craneoencefálico.
3) Traumatismo torácico.
4) Traumatismo abdominal.
5) Traumatismo raquimedular.
6) Traumatismo de extremidades.
Triage en incidentes con múltiples víctimas
Indica selección o clasificación de pacientes. Ante la atención en IMV con toda seguridad los recursos disponibles se verán superados por el número de víctimas, portanto necesitamos de una herramienta que ayude a determinar cuáles de ellas precisan una atención prioritariay cuáles pueden esperar a ser atendidas. Esta clasificación estará basada en la posibilidad de supervivencia, requerimientos terapéuticos y los recursos disponibles. Es por tanto un método (conjunto de procedimientos asistenciales) que aplicado sobre una víctima orientará sobre sus posibilidades de supervivencia inmediata, indicará la priorización en la atención, determinará las maniobras básicas previas a su evacuación y establecerá la preferencia en el transporte a los diversos centros sanitarios. En general se contemplan 4 tipos de prioridad en la atenciónen IMV.
Prioridad máxima
Presencia de lesiones que amenazan la vida en forma in-mediata, por ejemplo: lesiones con riesgo inminente demuerte (lesiones RIM: El concepto de lesiones RIM incluye: neumotórax a tensión, neumotóraxaspirativo, hemotórax masivo, volet costal, taponamiento cardiaco ycontusión pulmonar grave bilateral), lesiones altas de columna cervical y shock severo.
Prioridad elevada
Presencia de lesiones severas, pero que permiten la estabilización del enfermo y que no son una amenaza in-mediata para la vida: deben ser atendidas entre los pri-meros 30 y 60 minutos (lesiones encefalocraneanas, lesiones medulares, lesiones intrabdominales, quemaduras, traumatismo extenso de tejido blando y fractura de pelvis).
Prioridad retardada
Presencia de lesiones que pudieran ser importantes, algunas de las cuales permanecen ocultas o son potencialmente graves: pueden esperar horas sin amenaza para la vida o incapacidad permanente (lesiones vasculares periféricas, fractura de pelvis, traumatismos faciales y tejidos blandos).
Expectante
Heridos que tienen poca probabilidad de vida por presentar lesiones graves que, dependiendo de los recursos de la institución, serán atendidas o no. Se han elaborado múltiples métodos de triage en IMV(SHORT, START, MRCC, etc.) la aplicación de uno u otro estará en función de la cualificación de los intervinientes, la relación entre el número de víctimas y el de responde-dores, la seguridad de la escena, los protocolos locales, etc.
MÉTODOS DIAGNÓSTICOS Y ABORDAJE TERAPÉUTICO
La metodología de “atención inicial al politraumatizado” está basada en el seguimiento de un procedimiento sistemático bien establecido, donde se imbrican simultánea-mente procesos diagnósticos y terapéuticos, y cuyos objetivos son fundamentalmente dos:
1) Detectar de forma precoz lesiones de riesgo vital y solucionarlas de inmediato.
2) Efectuar un examen completo y sistemático del paciente, evitando obviar lesiones que de otra forma podríanpasar desapercibidas.
Académicamente podríamos dividir el mencionado proceso en 6 etapas:
– Valoración primaria y resucitación.
– Valoración secundaria.
– Categorización y triage.
– Derivación y transporte.
– Reevaluación continua.
– Cuidados definitivos.
Valoración primaria y resucitación
Su objetivo es evitar la muerte inmediata del paciente detectando las situaciones que ponen en riesgo su vida, resolviéndolas de inmediato. Lo realizamos siguiendo la clásica regla del A, B, C, D, E, donde A representa la vía aérea y control cervical bimanual, B la ventilación, C la circulación, D el estado neurológico y E la exposición corporal completa y control ambiental. Se iniciará con la A y finalizará con la E; no se pasará de una letra a otra sin haber re-suelto previamente la anterior.
A) Se deberá garantizar una vía aérea (VA) permeable, con control bimanual y ligera tracción de la columna cervical, maniobra fundamental para la supervivencia del paciente, al proporcionar una ruta expedita para el intercambio de aire entre los pulmones y el medio externo, sin descuidarla columna cervical. Permite reconocer la obstrucción al paso de aire en las vías aéreas superiores y solucionarlo. La causa más común de obstrucción de la vía aérea en el paciente inconsciente es la caída del paladar blando y la lengua, sin embargo, no hay que olvidar la posibilidad de que el vómito, sangrado, secreciones y otros objetos extraños puedan ocluirla. Se procederá a la remoción del casco encaso de que el paciente lo llevase puesto. Para lograr la permeabilidad de la vía aérea se deberá efectuar la maniobra de tracción mandibular o la subluxación de la mandíbula (triple maniobra modificada) para obtener un canal de aire libre; en el paciente con traumatismo estas maniobras deben efectuarse manteniendo una inmovilización manual lineal de la columna cervical, pero si no logramos su apertura (ante la posibilidad de muerte)estaría indicada la maniobra “frente-mentón”. Además se cuenta con dispositivos facilitadores como son las cánulas orofaríngeas y nasofaríngeas. Una vez controlada la VA, y si está indicado, se procederá a la consecución de una VA definitiva mediante maniobras avanzadas: intubación endotraqueal (IET), mascarillas laríngeas (LMA) o combitubo y VA quirúrgica. La elección del dispositivo más apropiado se basa en la capacidad y destreza del evaluador para colocarlos, de la disponibilidad de los dispositivos y, sobre todo, de la necesidad del paciente. Una vez más, y de forma reiterativa, debemos insistir en que en todo momento se mantendrá un control estricto y constante de la columna cervical mediante la tracción bimanual.
B)Ventilación y oxigenoterapia suplementaria.
Una vez lo-grada una vía aérea permeable evaluaremos si existe un correcto intercambio de aire entre el medio ambiente y los pulmones; escuchamos, vemos y sentimos si el paciente ventila, y se valorarán signos de hipoxemia y trabajo respiratorio. En caso de que exista paro respiratorio iniciaremos el protocolo con ventilación de rescate. Si la ventilación está presente debemos enriquecer el aire inspirado con oxígeno suplementario (el oxígeno es la medicación fundamental del traumatismo), administrado a través de la mascarilla con bolsa reservorio a 15 litros por minuto; debemos administrar oxígeno suplementario para garantizar una FIO2mayor a 0,85. Posteriormente se valora la forma, la simetría en la expansión y la integridad de la pared torácica con objeto de detectar la presencia de neumotórax hipertensivo (en cuyo caso se efectúa punción torácica descompresiva), neumotórax abierto (sellando con un dispositivo de válvula), o tórax inestable (procediendo a fijar el segmento afectado, en caso necesario). Con la finalidad de monitorizar al paciente se indica la colocación de un oxímetro de pulso y/o un capnógrafo.
C) Circulación y control de hemorragias exanguinantes.
Se buscarán signos de shock (frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, pulso radial, tensión arterial [TA] y signos de mala perfusión periférica y central). Se localizarán puntos desangrado externo procediendo de inmediato al control del mismo con presión directa, presión indirecta, elevación dela extremidad y vendajes compresivos (en este orden) hasta lograr el control total de la hemorragia. En función del mecanismo lesional habrá que considerar la presencia de hemorragias internas. En el caso de sospecha de hemorragia intraabdominal o intratorácica se iniciará el transporte de inmediato. Se debe contemplar la posibilidad de compro-miso mecánico directo por contusión miocárdica, en cuyo caso es imprescindible la monitorización electrocardiográfica con un adecuado manejo de agentes antiarrítmicos, o por taponamiento cardiaco, procediendo a la monitorización electrocardiográfica y a la pericardiocentesis de urgencia. Las lesiones medulares pueden ocasionar estado de shock por pérdida de la vasomotricidad. El acceso venoso e inicio temprano de la reposición de volumen es importante en el caso del shock de origen hemorrágico, utilizando dos vías gruesas con catéteres cortos periféricos 14ó 16, y soluciones cristaloides, preferentemente solución salina isotónica. En caso de shock cardiogénico por contusión miocárdica, o por taponamiento cardiaco, se debe evaluar la hemodinamia del paciente para definir la estrategia de reposición de volumen. Si la etiología del shock está dada por traumatismo medular, la reposición de volumen debe ser cuidadosa, estando indicados corticoides ymedicamentos vasopresores. En todo caso la reposición de volumen debe tener como principal meta el restableci-miento de la perfusión tisular.
D) Deterioro neurológico.
Se determinará en qué grado el traumatismo afecta al nivel de conciencia del paciente. Se usarán métodos sencillos y de fácil aplicación que nos proporcionen un nivel de información adecuado. Se usan habitualmente dos tipos de valoración alternativos para de-terminar el nivel de conciencia:
1) COC: consciente, obnubilado, coma.
2) APDN o AVDI: alerta (despierto), palabra (respuestaa la) o al estímulo verbal, dolor (respuesta al), no responde, inconsciente.
Intubación endotraqueal (IET) si el paciente está inconsciente (referencia: Glasgow Coma Scale[GCS] < 9). El examen se complementa con la valoración pupilar, deter-minando tamaño, simetría y reactividad de la misma.
E) Exponer la totalidad del cuerpo para constatar lesiones, evitando la hipotermia (cuidado especial en niños).
Este punto es decisivo porque permite determinar la localización y extensión de las lesiones. Una situación a considerar es que la evaluación en la calle debe circunscribirse sólo a aquellas áreas donde se sospeche lesión, cuidando en todo momento la integridad y pudor del paciente. En todo paciente con traumatismo multisistémico se debe proceder al empaquetamiento integral, realizando sólo aquellos procedimientos de estabilización que sean estrictamente indispensables; no se debe perder tiempo valioso para el paciente intentando procedimientos que no hayan demostrado su efectividad o que retrasen el traslado. El manejo definitivo del paciente y de sus lesiones sólo pue-de llevarse a cabo en el hospital adecuado.
Valoración secundaria
Una vez completada la valoración primaria, iniciada la resucitación y los parámetros del ABC se encuentren controlados, se comienza la valoración secundaria, evaluando al herido de cabeza a pies (centímetro a centímetro, como si de una tomografía se tratara).
En la valoración secundaria se atenderá a 4 aspectosfundamentales:1
) Reevaluación frecuente del ABC.
2) Anamnesis.
3) Segundo examen físico.
4) Estudios diagnósticos.
Reevaluación constante
Como se ha insistido, durante todo el proceso de atención inicial del paciente traumatizado, el estado de la vía aérea, la protección de la columna cervical, la función respiratoria, el estado circulatorio y la evolución neurológica deben ser periódicamente reevaluados buscando cualquier signo de deterioro.
Anamnesis
Durante la evaluación secundaria todos los aspectos relacionados con los mecanismos del traumatismo, la escena del accidente, el estado inicial, la evolución y los antecedentes se indagarán interrogando al paciente, a sus familiares o al personal que prestó la atención preliminar. En el registro de los antecedentes se harán constar las alergias, el empleo de medicamentos, las patologías previas (de base), la hora de la última comida y la ingestión de alcohol o el consumo de otras sustancias psicoactivas.
Segundo examen físico
La revisión secundaria incluye el examen completo, detallado y exhaustivo del paciente, desde la cabeza hasta lospies, por delante y por detrás, pasando por todos y cadauno de los segmentos corporales.
Cabeza. Se examina completamente la cabeza para identificar heridas, contusiones, depresiones, hemorragianasal u otorragia, equimosis y hematomas periorbitarios(ojos mapache) o retroauriculares (signo de Battle); estasúltimas hacen sospechar de fracturas de la base del cráneo. Se examinan cuidadosamente los ojos, los oídos yla nariz.
Examen neurológico. Durante la revisión secundaria se rea-liza un examen neurológico detallado y completo; es muyimportante la evaluación repetida y continua del estado neurológico del paciente traumatizado que permita detec-tar precozmente cualquier deterioro. El examen deberá incluir, al menos, la evaluación delestado de conciencia mediante la Escala de coma de Glas-gow (tabla 2) y un Mini Examen Neurológico (MEN) va-lorando: simetría y respuesta pupilar a la luz y la simetríade los movimientos de las extremidades.
Maxilofacial. El tratamiento del traumatismo maxilofacial que no ocasiona obstrucción de la vía aérea o hemorragiaimportante puede diferirse hasta que se haya estabilizadocompletamente al paciente. Sin embargo, debe tenerse cui-dado especial en detectar aquellos casos que durante suevolución tienen el riesgo de presentar compromiso de lavía aérea para manejarlos precozmente.
Columna cervical y cuello. En todo paciente con traumatis-mo cerrado por encima de la línea intermamilar debe su-ponerse que existe lesión de la columna cervical hasta quese demuestre lo contrario. La ausencia de dolor, espasmomuscular, escalones óseos o signos neurológicos no la ex-cluye. La única manera de descartarla es un estudio radio-lógico completo que incluya proyecciones anteroposteriory lateral y otras transorales o transxilares que permitanexaminar completamente las 7 vértebras cervicales y la pri-mera torácica. El inicio de la valoración cervical es el mo-mento de solicitar el estudio radiológico básico de todopolitraumatizado (radiografía lateral de la columna cervi-cal, anteroposterior de tórax y anteroposterior de pelvis).El examen del cuello se completa inspeccionando la sime-tría, la existencia de hematomas o signos de sangrado, lapresencia de heridas que atraviesen el platisma y el estadode las venas del cuello; palpando la posición de la tráquea,la existencia de enfisema subcutáneo y las característicasde los pulsos; finalmente, auscultando los trayectos vascu-lares en búsqueda de soplos.Este es el momento adecuado para la colocación de dis-positivos de inmovilización, como son el collarín cervicaly el dispositivo tetracameral (si no se ha efectuado antes).Mientras esta lesión se descarta el paciente debe permane-cer con un collar semirrígido tipo Filadelfia. En caso de te-ner que retirarlo debe mantenérsele con inmovilización bi-manual que limite cualquier movimiento de la cabeza.
Tórax. Se inspecciona la simetría de la caja torácica y la am-plitud de los movimientos respiratorios; se exploran heridaso segmentos costales con respiración paradójica; se palpabuscando crepitación secundaria a fracturas o a la existenciade enfisema subcutáneo; se percute para identificar zonas dematidez o hiperresonancia; finalmente se ausculta la sime-tría y características de los ruidos respiratorios y la intensi-dad, ritmo y frecuencia de los ruidos cardíacos.
Abdomen. En el examen abdominal, como en el del tórax,deben incluirse tanto la cara anterior como la posterior,además del examen de la parte baja del tórax y los glúte-os. En la inspección se investigan contusiones, laceracio-nes, equimosis o heridas y se observa su contorno; se pal-pa buscando fracturas de los últimos arcos costales, zonasde dolor, defensa muscular o signos de irritación peritone-al; se percute para identificar áreas de matidez o de dolorque alertan sobre la existencia de irritación peritoneal; finalmente se ausculta registrando la calidad de los ruidosintestinales.Un examen abdominal equívoco debido a alteracionesen el estado de conciencia, la pérdida inexplicada de san-gre o un examen dudoso son indicaciones para practicarlavado peritoneal diagnóstico o ecografía en el Servicio deUrgencias con el único fin de establecer la presencia de lí-quido intraperitoneal.
Periné, recto, genitales. El periné debe ser inspeccionadoen busca de contusiones, heridas, equimosis o sangradouretral. El tacto rectal nunca debe omitirse durante la evaluación secundaria; permite establecer la presencia de san-gre en el tracto intestinal, la posición de la próstata, la in-tegridad de las paredes rectales y el tono del esfínter anal.El tacto vaginal puede mostrar la presencia de laceracionesvaginales o sangrado genital.
Musculoesquelético. El examen del aparato musculoesque-lético incluye la inspección y palpación de las extremida-des en busca de contusiones, heridas, deformidades o do-lor que hagan sospechar fracturas sobre el pubis y lascrestas ilíacas para examinar la pelvis y las articulacionesque se presuman lesionadas. La evaluación de las extremi-dades incluye siempre el examen de los pulsos, el color, laperfusión y la temperatura de la piel, a fin de establecer la integridad del sistema vascular.Por último, cabe recordar que el dolor es importante; tratémoslo.
Estudios diagnósticos
Cuando se completa el examen físico se han aseguradoy reevaluado los parámetros del ABC y si la estabilidad delpaciente lo permite se procede con los estudios diagnósticos como radiografías, lavado peritoneal, ecografía abdominal, tomografías y otros. El proceso de evaluación inicialestá fundamentado en los hallazgos clínicos. Ningún estudio complementario de diagnóstico debe reemplazar lasetapas descritas hasta el momento, y menos aún el buen juicio.
Radiología.
La evaluación de todo paciente traumatizado debe incluir tres radiografías básicas:
1) Lateral de columna cervical que incluya las 7 vértebras cervicales y la primera torácica. Una radiografía de columna cervical normal no excluye ninguna lesión y, por lotanto, la inmovilización cervical debe mantenerse hasta te-ner una valoración especializada del paciente.
2) Anteroposterior de tórax: ante la evidencia de neumotórax a tensión, neumotórax abierto o tórax inestable la prioridad es lograr el óptimo intercambio gaseoso mediante una adecuada expansión pulmonar. La radiografía se realiza una vez que se haya completado este objetivo durante la resucitación.
3) Anteroposterior de pelvis: es de gran ayuda para comprobar la existencia de lesión traumática de la pelvisen un paciente víctima de traumatismo cerrado, especial-mente en aquellos casos en los que no es posible estable-cer el origen de un estado hipovolémico o cuando el exa-men de la pelvis es equívoco.
Ecografía
Es un método cada vez más usado por ser rápido, portátil, no invasivo, poco costoso y fácil de repetir en el área de Urgencias. Por estas razones su uso se ha extendido y ha llegado a sustituir en la práctica diaria al lavado peritoneal diagnóstico. El método es útil para establecer la presencia de líquido intraperitoneal y evaluar la morfología de los órganos abdominales. Se examina secuencialmente la región subxifoidea para determinar la presencia de líquido intrapericárdico, posteriormente la fosa hepatorenal (saco de Morrison), la fosa espleno-renal y finalmente el área suprapúbica, donde sepuede visualizar la ocupación del fondo de saco de Douglas, el contorno vesical y la ocupación pélvica por hematoma; además se efectuará ecografía obstétrica en su caso.
Tomografía axial computarizada.
Nos proporciona un estu-dio completo del cráneo y del sistema nervioso central(SNC), de la columna vertebral y la médula, el tórax y el abdomen, con alta sensibilidad y especificidad en la de-tección y clasificación de lesiones de órganos, a la vez quepermite realizar estudios secuenciales y vigilar la evolu-ción, y en función de ello decidir actitudes terapéuticas.En el traumatismo torácico probablemente sea el exa-men de elección para ser utilizado como complemento ala radiografía simple del tórax, por su excelente potencialdiagnóstico y su capacidad para obviar las limitaciones co-nocidas de la radiografía simple, así como para evaluar es-tructuras como los grandes vasos del mediastino y la víaaérea central, incluida tráquea, la pared torácica, el dia-fragma y el esófago. La tomografía axial computarizada(TAC) helicoidal, desde su introducción en la práctica clínica, ha ganado un sitio de gran relevancia en la valoraciónde estos pacientes por su capacidad de hacer una explora-ción torácica completa en tan sólo 20 a 40 segundos. En el estudio abdominal es útil en la detección de aireextraluminal y de lesiones mesentéricas, así como de vís-cera hueca; ofrece la posibilidad de clasificar las lesiones delos órganos sólidos, sobre todo tras la administración decontraste oral. Facilita el diagnóstico de lesión diafragmáti-ca. Igualmente es útil en la detección de lesiones vascula-res, sobre todo los modelos de tomografía helicoidales, conlas posibilidades de realizar angio-TAC.
Estudios de laboratorio.
Se recomienda la realización de: perfil bioquímico (con glucemia, iones y función renal)recuento hemático (con hemoglobina, hematocrito y pla-quetas), coagulación (tiempo de tromboplastina parcial activada y tiempo de protombina), pruebas cruzadas paragrupaje sanguíneo, gasometría arterial, estudio toxicológi-co, sistemático de orina y prueba de gestación.
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